Solicitar un vaso de agua (o de leche o de jugo) me ha generado unas cuantas miradas desaprobatorias y algunas amonestaciones. –Con mucho gusto, pero usted lo que quiere es un vaso con agua, me dijo alguna vez una agraciada mesera a la que le perdonaría casi cualquier cosa. Mi proveedor de tintos en la Universidad fue más específico: me reclamó que resultaba sorprendente que un profesional que cargaba libros debajo del brazo creyera que el vaso estaba hecho del precioso líquido y no de vidrio. Qué cosas. Uno se ve en la disyuntiva de guardar silencio o solventar la falsa corrección. Se termina optando por lo segundo antes de que se enfríe la infusión, la mejor opción porque ningún diligente despachador de alimentos tendrá tiempo para esas quisquillas con el idioma de Cervantes.
Pero no, no es correcto solicitar un vaso con agua, como no lo es requerir una caja con fósforos, un galón con gasolina o una tasa con chocolate. Salvo, claro está, que usted esté dispuesto a recibir el vaso con cualquier cantidad de líquido, incluso con una minúscula gota.
La partícula de pertenece a un género de palabras muy simpáticas: las preposiciones. Algunos todavía tenemos en la memoria la larga lista que nos obligaban a memorizar en el colegio: a, ante, bajo, cabe, contra… Pues bien, cuando los parroquianos señalan como incorrecta la expresión vaso de agua incurren en un error mayúsculo: creer que la preposición de indica solo la materia de la que está hecha una cosa, como en las expresiones pastel de chocolate o puente de piedra. Pero resulta que los usos de la partícula son muchos. Ante un conjunto de pasteles de los que se ocupará el encargado de los domicilios es probable que el panadero afirme que ese pastel es de don Carlos y aquel de doña Gloria. Nadie en sus cabales creería entonces, que el pastel está hecho de los dos personajes y no de harina, mantequilla y crema.
Miremos otros usos posibles:
Procedencia: Viene de Tangamandapio. Soy hijo de Raphael.
Finalidad: Máquina de escribir.
Modo como funciona algo: Fogón de petróleo. Olla de presión (si, así y no “olla a presión”).
Manera como se realiza un hecho: ¡Hágalo de una vez! Se lo tomó de un sorbo
Y finalmente alude también, al contenido, así, en un programa “proleto” de viernes en la noche pedimos una caja de vino o con alguna holgura económica solicitamos una botella de ron.
Por ello lo correcto es pedir un vaso de agua. Una anotación más: el sustantivo vaso alude a una medida. Cuando se pide un vaso de algún líquido estamos solicitando una cantidad del mismo; a veces somos más precisos y pedimos entonces un vaso pequeño o uno grande de ese producto.
4 comentarios:
Me gusta el artículo DE Jorge.... jejej o es preposición??? jejejeje
CS: Kenny
Muy interesante este espacio, además que resulta bastante ameno leerlo. Muchas gracias por dedicar su preciado tiempo para compartir este valioso conocimiento.
de hecho ese tipo de uso del "de" para referirse a cantidad tiene un nombre especifico en linguistica. no me acuerdo cual es, pero es una de esas palabrejas que suenan a latin.
Excelente y utilisimo articulo para ilustrar a los perfeccionistas
Publicar un comentario